Su sonido se escucha también por todo el territorio de la antigua región de Castilla, donde suele tener llaves en los agujeros, siendo un elemento muy arraigado al folclore, casi siempre acompañado por un tamboril o caja, cuyo intérprete es denominado tamborilero, tamboritero o redoblante. En este territorio recibe diferentes nombres como «pito», «gaita» (en La Rioja, Soria, Burgos, aunque también se le conoce así en Navarra, Madrid y Guadalajara) o «vozaina» (como en Cantabria, aunque su uso decayó durante el siglo XIX en favor del «pitu montañés»).

[editar] Murcia

En la Región de Murcia, así como en La Mancha albaceteña y conquense, se le llama «pita». El tocador, conocido como «el tío de la pita», lo hace habitualmente acompañado de otra persona que sigue el ritmo de la música con redobles de tambor o caja. Su sonido es propio de fiestas y manifestaciones populares, especialmente en desfiles y pasacalles de convocatoria.

[editar] Cataluña

Una gralla de madera de cerezo construida por el luthier Xavier Orriols.

En Cataluña se conoce como gralla^[1] o, menos frecuentemente, dolçaina. El instrumento ha estado muy ligado a los castellers, siendo el instrumento principal que se utiliza en dicha actividad. La gralla seca es una dulzaina de 7 agujeros y es el tipo más extendido. También existe la gralla dolça que incorpora agujeros adicionales, añadiendo también llaves metálicas cuando se añaden 2 o más agujeros.

En estas regiones el nombre de chirimía (habitual en castellano para denominar a este viento madera de doble lengüeta sin llaves) está casi perdido, pero así se denominó también, y existen denominaciones locales como «charambita» o «chirimita», que derivan de aquella.

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