martes, 29 de junio de 2010

Clavecín en Francia

En Francia, junto con Alemania, el clave alcanza gran prestigio y difusión. Entre 1610 y 1789 hay una importante escuela francesa del instrumento, ligada a la escuela del órgano francés. Jacques Champion de Chambonnières (1601-1672) es su fundador y primer gran compositor. A partir de Chambonnières, la música de clave en Francia gana muchos adeptos y desplaza al laúd como instrumento favorito para componer a solo. Louis Couperin es, junto con su fundador Chambonnères, el más destacado compositor francés de la primera mitad del siglo XVII.

En la segunda mitad del siglo XVII tomarán su relevo Jean-Henri d'Anglebert (1626-1691), Jean-Nicolas Geoffroy (1633-1694) y Nicolas Lebègue (1632-1702), quienes llevaron la música barroca de clave francesa a un alto grado de refinamiento. La forma compositiva predominante en Francia fue la suite para teclado, que reunía una serie de piezas básicas (alemanda, courante, zarabanda y giga), cuyo origen estuvo en danzas variadas de ritmos binarios (alemanda) o ternarios (zarabanda) que alternan tiempos vivos y pausados.

La siguiente generación, que desarrolló su música entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, siguió cultivando la suite pero adoptó influencias italianas y alemanas. Con ella el clave francés llegó a su máxima expresión, con dos nombres que figuran entre los más grandes compositores de la música culta occidental, tales son François Couperin (1668-1733) y Jean-Philippe Rameau (1683-1764). En su órbita se situó una importante nómina de compositores para el clave: Louis Marchand, Charles Dieupart, Louis-Nicolas Clérambault, Gaspard Le Roux, Jean-François Dandrieu, Élisabeth Jacquet de la Guerre, Joseph Nicolas Pancrace Royer o Nicolas Siret.

François Couperin compuso sus cuatro libros de suites entre 1713 y 1731. Se caracterizan por prestar una atención especial a la ornamentación. En tanto, la obra de Jean-Philippe Rameau presenta aspectos más variados. Sus tres libros de suites aparecieron en 1706, 1724 y 1728. Después de esta fecha, sólo compuso para el clavecín solista una pieza aislada, La Dauphine (1747). Alterna en ellos piezas en la más pura tradición de la suite francesa con piezas imitativas, como «Le Rappel des Oiseaux» o «La Poule», y de descripción emotiva, cual son «Les tendres Plaintes» o «L'entretien des Muses». Muchas de ellas ofrecen un virtuosismo a la italiana. La invención y los efectos sorprendentes son en ellas notables, como se puede observar en «Les Tourbillons» y «Les trois Mains». En otras se aplican sus innovadores teorías musicales, como sucede en «L'Enharmonique» y «Les Cyclopes». Wikpedia

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